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Cuando el tutor se encuentra con su gato cojo Al fin y al cabo, este síntoma indica que la mascota siente dolor, que se enfrenta a algún problema, ya sea simple o más grave.
Así que, para saber qué está pasando, no pierda tiempo y lleve a su mascota al veterinario Pero más allá de eso, a continuación enumeramos algunos problemas relacionados con los gatos que cojean y cómo cuidar a los felinos que se encuentran en esta situación. Así que, ¿vamos?
Gato cojo: ¿qué puede ser?
Cuando el gato cojea, es señal de que algo no va bien en la salud del felino. En general, se trata de un síntoma clínico de enfermedades y problemas óseos, articulares, neurológicos o vasculares.
Es importante que el tutor conozca los hábitos, comportamientos y posibles alteraciones en la locomoción del animal. De esta forma, podrá anticiparse a cualquier consecuencia desagradable.
Por eso, cuando notes que tu gato cojea, no dudes en buscar atención médica. La claudicación, es decir, el dolor en las patas, es un signo clínico de problemas, como:
Ver también: Kinguio: ¿sabes lo que es?- giros;
- infecciones víricas, generalmente acompañadas de fiebre;
- obesidad;
- diabetes y enfermedades sistémicas;
- uñas largas o llagas en las uñas;
- tumores;
- quemadura en las patas;
- enfermedades articulares;
- traumatismos y fracturas;
- picaduras de animales, como arañas, escorpiones, serpientes y abejas, acompañadas de enrojecimiento e hinchazón;
- cuerpos extraños, como espinas y astillas;
- desnutrición.
La mayoría de estos problemas provocan dolor en el animal, por lo que cojea al caminar.
Mi gato cojea y tiene una pata hinchada: ¿qué le pasa?
Las patas hinchadas están relacionadas con las causas más comunes, como por ejemplo mordeduras de animales, fracturas, inflamación o infección en la región Las mordeduras y arañazos en mascotas no esterilizadas pueden causar abscesos, es decir, un pequeño bulto con pus que dificulta el movimiento de la mascota.
El gato cojea de la pata delantera y/o trasera
Si el felino no apoya la pata delantera o trasera en el suelo, es posible que haya sufrido fracturas o luxaciones Síntomas como dificultad respiratoria y pupilas dilatadas revelan un traumatismo grave.
La pata de la mascota puede estar rota cuando el gato que cojea no la suelta, maúlla o gime de dolor y no deja que el cuidador le ponga la mano en la zona inflamada.
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Si el gato cojea de la nada, levántelo con cuidado y compruebe si tiene algún objeto extraño clavado en la pata o en la almohadilla. Si no ve nada, acuda al veterinario lo antes posible.
¿Cómo cuidar a un gatito cojo?
El médico veterinario solicitará una batería de pruebas, como radiografías, biopsias, extracción de sangre y líquido articular, y en función de los resultados indicará el mejor tratamiento para su mascota.
El enfoque varía en función del problema diagnosticado. En general, el veterinario prescribe medicamentos. Además, la acupuntura, la fisioterapia y la quiropráctica son algunas técnicas recomendadas para aliviar el dolor. En los casos más graves, la cirugía es la única opción.
Sin embargo, la mejor manera de cuidar a tu gatito cojo es seguir las instrucciones del médico y evitar los remedios caseros o la automedicación En el caso de los gatos ancianos, facilite el acceso a la casa con rampas y escaleras.
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