Tabla de contenido
![](/wp-content/uploads/cachorro/629/slqzip02sf.jpg)
El ictus en perros no es una condición de salud tan común, pero cuando ocurre puede ser muy peligroso. Aunque tiene varias causas, en general se produce cuando hay falta de sangre en el cerebro de la mascota.
Al tener buen pronóstico, los perros que sufren un ictus se recuperan bien, quedando con pocas o ninguna secuela. Sin embargo, es necesario un tratamiento rápido, por lo que es importante llevar a la mascota al veterinario en cuanto se noten los primeros síntomas de la enfermedad.
La veterinaria Joyce Aparecida dos Santos Lima, de Educación Corporativa de Cobasi, nos ayudará a comprender mejor el ictus en los perros y cómo ayudar al animal.
Conozca los tipos de ictus en perros y sus principales causas
El ictus en los perros es una enfermedad mucho menos frecuente que en los humanos. Se calcula que sólo afecta al 2% de los pacientes que llegan a las clínicas veterinarias.
Las principales causas del ictus son situaciones que modifican la forma de distribución de la sangre en el cerebro de la mascota, es decir, cuando se produce una interrupción en la llegada de sangre al cerebro.
Esta afección se conoce como ictus isquémico o embólico, y puede estar causado por un trombo o la rotura de un vaso sanguíneo, que interrumpe el flujo de sangre que llega a la región esperada.
Ver también: Diabetes en perros: síntomas y tratamientosEn algunos casos, la enfermedad está relacionada con problemas cardíacos, endocarditis, neoplasia -es decir, la presencia de tumores-, la aparición de coágulos a raíz de una intervención quirúrgica, problemas de coagulación, enfermedades infecciosas como la erliquiosis o incluso la migración de parásitos en la región de la cabeza.
Ver también: ¿Puede un perro comer tomate? ¡Más información!¿Cuáles son los síntomas de la apoplejía en los perros?
Una de las principales preguntas es si un perro con derrame cerebral siente dolor, sin embargo, los síntomas de esta enfermedad pueden variar.
Según Lima, "el tutor debe estar atento a los siguientes signos neurológicos: convulsiones, parálisis de un lado del cuerpo o de las extremidades, fiebre, mareos, cambio en la postura corporal y en los movimientos de la cabeza y/o de los ojos. Si advierte alguno de estos signos, el tutor debe buscar ayuda especializada lo antes posible".
En general, los signos clínicos neurológicos son los más prevalentes. Así, es muy común que un perro que ha sufrido un ictus presente convulsiones; hemiparesia -parálisis en un solo lado del cuerpo-; déficit de reacción postural, dificultad para mantener la postura; hipertermia; tetraparálisis y movimientos oculares y cefálicos muy rápidos e involuntarios.
En los casos de ictus embólico, los síntomas del ictus en perros pueden aparecer de forma brusca; en el caso del ictus hemorrágico o isquémico, pueden presentar un inicio más tardío.
¿Qué hacer para ayudar a un perro con derrame cerebral?
![](/wp-content/uploads/cachorro/629/slqzip02sf-1.jpg)
Al notar los síntomas de ictus en perros, el tutor debe dejar a la mascota en un lugar cómodo para evitar caídas en caso de que el animal convulsione. Tras los primeros síntomas, es imprescindible consultar a un veterinario para recibir el diagnóstico y tratamiento correcto de la enfermedad. Lo ideal es que el tutor busque un hospital veterinario o centro veterinario para que el animal pase para la valoración de unneurólogo veterinario.
Al fin y al cabo, es este profesional quien solicitará los exámenes necesarios para cerrar el diagnóstico con total certeza e indicar el mejor tratamiento. "Generalmente, se solicitan análisis de sangre, orina y heces, electrocardiogramas, análisis de líquido cefalorraquídeo y exámenes de imagen de alta definición -tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (RM)-", afirma Joyce Lima.Los exámenes deben realizarse con ayuda de anestesia, ya que el animal no puede moverse durante el procedimiento.
El tratamiento para el AVC en perros puede variar, siendo común el uso de medicamentos y terapias para recuperación de acuerdo con eventuales secuelas.
La prevención de la enfermedad consiste en aumentar la calidad de vida del perro mediante la actividad física, nutrición equilibrada y visitas esporádicas al veterinario, así como el uso de control de pulgas y garrapatas .
Seguir leyendo