¿Pueden comer hígado los perros?

Es muy común que los dueños sientan la necesidad de cambiar el menú de su mascota, ya sea cambiando la marca del pienso o sustituyéndolo por comida. Pero siempre hay que tener cuidado con la alimentación humana, al fin y al cabo, el organismo de nuestro perro no funciona igual que el nuestro. Entonces, ¿puede un perro comer hígado?

Como han demostrado numerosos estudios, el hígado es una excelente fuente natural de vitaminas A, B, D y K, además de ser rico en hierro (¡muy rico, por cierto!) y minerales como el zinc, el selenio, el manganeso, etc. También ofrece biotina, colina e inositol, ácidos grasos y omegas 3 y 6.

Recordando que la ingesta de hígado puede ser beneficiosa precisamente porque la falta de hierro tiene un efecto directo sobre el sistema inmunitario, disminuyendo la producción de anticuerpos. Y la carencia de vitamina D está relacionada con debilidad muscular, enfermedades autoinmunes e infecciosas, cánceres comunes, etc.

En otras palabras, el hígado tiene muchos más nutrientes que muchos cortes bovinos. Así que sí, ¡los perros pueden comer hígado! Pero, como con cualquier otro alimento, es sumamente importante que sepa ofrecérselo con moderación. Sin embargo, si lo aplica a la rutina de su mascota una o dos veces por semana, sin duda le aportará muchas ventajas.

Entonces, ¿el hígado no es malo para los perros?

Esta es una pregunta muy común, ya que el hígado tiene como una de sus principales funciones asegurar la limpieza y eliminación de sustancias tóxicas del organismo. Así, es normal que antes de ofrecer este alimento a nuestra mascota nos preguntemos si las toxinas que pueden haber existido en la carne de ternera o pollo pueden haber quedado ahí, en el hígado, y si pueden traer complicaciones a la salud denuestro perro.

El hígado no funciona como un "filtro de toxinas" y no las mantiene almacenadas. En lugar de acumular estas sustancias tóxicas, las expulsa. Así que no, su mascota no se contaminará.

Pero, como ya se ha dicho, es importante, eso sí, que no exageres en la cantidad ofrecida a tu perro. ¡Una o dos veces por semana está bien! Y, aunque el consumo puede ser diario, no se recomienda dar más de un gramo por kilo de peso corporal de tu mascota.

¿Qué tipo de hígado puede comer un perro?

Ahora llegamos a otras dos preguntas muy importantes: ¿Puede un perro comer hígado de ternera? ¿Y puede un perro comer hígado de pollo? Al fin y al cabo, como hemos visto, este órgano es un nutriente importante para la mascota. Pero, ¿cuál debe ofrecerse?

Aunque los cachorros pueden comer hígado de ternera, cerdo, cordero y pavo, es un hecho que la mejor opción es el hígado de pollo o gallina, precisamente porque contiene un porcentaje menor de colesterol que los demás.

¿Y cómo prepararlo? Bueno, no hay ningún problema en servir hígado crudo a un perro, pero debido a su consistencia, puede que a la mascota no le resulte tan atractivo de inmediato. Si ese es el caso, puedes servirlo hervido (pero ten cuidado de no cocinarlo demasiado y perder los nutrientes).

Si a tu cachorro no le importa comerlo crudo, trocea un poco y mézclalo con su comida. Es interesante empezar a añadir el hígado al menú de la mascota poco a poco, con una o dos cucharadas soperas. Pero, ¡atención! ¡Nunca sazones el hígado antes de dárselo a tu cachorro! ¡No le pongas sal, hierbas, ajo ni nada por el estilo!

Mi cachorro ha enfermado, ¿y ahora qué?

Conviene recordar que los cachorros adultos que comen hígado por primera vez pueden presentar heces blandas o diarrea leve, pero esto es normal. Esto no es motivo para que elimines el órgano de su dieta. Lo que ocurre es que si tu cachorro está acostumbrado a comer sólo pienso, su aparato digestivo tardará un poco en procesar algo tan nuevo y nutritivo como el hígado.

Pero si tu cachorro se pone muy mal, con diarreas muy frecuentes o empieza a vomitar, ¡atención! En este caso es imprescindible retirar el hígado de su dieta y consultar a un veterinario para que te dé más detalles sobre el diagnóstico.